domingo, 15 de diciembre de 2013

Pregonero



Tuuuuuuuuuuutuuuuuu. tuuuuuuh tutuuuhhh  Se hace saber....   quien haiga encontrado una plumaaa, estilo gráfica perdidaaaa, que l´entregue en las oficinas del ayuntamiento.   Tu tuuu tuuutuuuu   Se vendee  pescado fresco de hoy....  Sardinas, anchoas, bacalao y merluza el la pescadería del bilbáino.  Divulgado a viva voz  por  todas las esquinas del pueblo. Así era el  pregón. De vez en cuando el hombre se ponía el uniforme, se calaba una boina roja con borla de requeté y con la solemnidad  requerida por el asunto redoblaba el tambor, prummm purubummmm pumpum purrubumm purrubumm purrubumm...  Don ........... Alcalde presidente del Ayuntamiento de la muy noble y leal ciudad......  Hace saber que...............             Prrrrrrubum prrubum  pum pum.
En aquellos entonces los megáfonos y altoparlantes o altavoces eran un lujo. Bastante si llegaba pá comer y contento y como decía alguno, la luz la repartían a cazos. Cuando alguien traía algo al pueblo lo primero que hacía era buscar al pregonero, que a su vez era alguacil, cobrador del agua y la luz, de los seguros de Santa Lucía, las igualas del médico y de todo lo que se le ofreciera. Hasta enterrar a los muertos. Hoy le llamarían peón de servicios múltiples, pluriempleado o bien miloficios. Y más de uno estaría más que contento de que le dejara vacante alguno de  estos menesteres.

El afilador venía con su silbo Uiooi uiouioi..... afilaaador,  paragueroooo..... y con una bici con la muela acoplada a la rueda trasera. Y el cristalero voceaba cuando venía una o dos veces al mes. Se colocan cristales..... y remataba la labor con una masilla que olía a  no se que clase de pescado no destacable por su frescura.
Ahora vienen los vendedores con sus altavoces atronadores.... Por cierto hace algun tiempo que no oigo a Sergio el relojero con sus rancheras, si que oigo a veces a algún chatarrero, se compra chatarra  bicis y motos viejas... pero todo con altavoz. Se graba la cinta y se repite cansinamente. Una y otra vez y mil veces más si haciera falta.
Pero el pregonero se jubiló y a los alguaciles les dieron un uniforme con cachos amarillo fosforito y bandas refleztantes, de esas que brillan cuando les da la luz. Y hasta los bautizan como policía municipal. Y pensar que a los guindillas les forraban con tela el tricornio pa que su brillo no los delatara y estos hala, pa que se les vea bien.

No señor, ya no se pregona ni se entonan los bandos, con ponelos en un tablón de anuncios o publicarlo en el boletín basta. Sin papel, y sobra. Porque más de uno se habíai limpiar yo se que parte con los mencionados papeles y sería capaz de devolverlos a su origen en ese estado. Que te lo digo yo, q´hay gente pa tó.  

Que no, que ya no se vende pescado fresco, y menos de hoy, que ya no existe la pescadería del bilbáino, que se coge todo en alta mar y se refrigera y se congela. Y nos lo venden listo pa cocinar, el bacalau, desalau, las sardinas descabezadas y en filetes, los calamares en tiras y los chipirones ya rellenos.
Total si nos llenan los buzones de ofertas y promociones que van directas a la basura ¿paqué hace falta el pregonero?.
Pues no hará falta, pero lo echo de menos.
Ahora para bandos estos dos, auténticos como ellos solos y uno de puño y letra, como debe ser.
 




Salú pa tós.


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