martes, 30 de abril de 2013

Mambrú

 Seguro que hemos oído más de una vez esa cancioncilla que dice Mambrú se fue a la guerra, que dolor, que dolor que pena, Mambrú se fue a la guerra no se cuando vendrá, do re mi, do re fa´, no se cuando vendrá. Nos quedamos con la duda de si el duque de Marlborough, (John Churchill)  el auténtico Mambrú y antecesor de Winston Churchill, volvió o no a casa. Parece ser que le creyeron muerto en batalla pero sí que volvió  El caso es que el impronunciable nombre inglés se castellanizó  y se afamó en los juegos infantiles españoles, y de paso en Europa y América dando fama a un militar un tanto polémico por la duración de sus campañas que al parecer se alargaban o tardaban mucho en conseguir la victoria, vamos que vivía bien de la guerra.
Desconozco si esa incapacidad de vencer con la premura necesaria es el origen de otra acepción menos conocida del vocablo. Hacía mucho tiempo que no oía esa palabra con la acepción de tonto, algo más suave que la de gilipollas pero hace unos días la oí por la radio cuando un contertulio le dijo a otro "no seas mambrú" al espetar éste una solemne tontería. "Mambrú más que Mambrú" era una expresión bastante habitual en nuestra infancia y no creo que tuviera nada que ver con las famosas galletas Marbú que inundaban de olor golmágico Viana sino más bien con la incapacidad infantil de hacerse entender o hacer comprensibles o razonables nuestras opiniones o actos.
En la actualidad pienso que Mambrú se está convirtiendo en un gran problema, no Mambrú en sí, que lleva muerto más de doscientos años, sino  la cantidad de mambrús o mambruses que cual hongos tras tormenta veraniega aparecen sin cesar, y sin necesidad de riego y por generación espontánea se reproducen  y engrandecen a mayor honra de John Churchill Duque de Marlborough.
Salú pa tós.





http://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=23&ved=0CEAQFjACOBQ&url=http%3A%2F%2Flaalacenadelasideas.blogspot.com%2F2013%2F01%2Fmambru-se-fue-la-guerra.html&ei=_Ao9UZ6uKoGkPcbIgYAJ&usg=AFQjCNHUqvVakzYOSqY51fb1EJLWVGsDZA&sig2=3JIFHryv-EGJt1RpR4D3BA&bvm=bv.43287494,d.ZWU&cad=rja

viernes, 5 de abril de 2013

Azotacristos

Y pasada Semana Santa vamos a hablar de los azotacristos, bueno, a escribir, no empezemos a sel puntillas, que el tema es espinososoooo. Resulta pues que un día diendo de paseo por los montes de Clavijo, por ande cristo perdió los clavos u otra cosa innombrable que  por respeto no menciono hete aquí que fuimos a parar a un campo lleno de cardos. Y no precisamente de los de comer, sino de cardos pinchudos. !!!Joder, esto está lleno de azotacristos !!! He de reconocer que era la primera vez que oía ese palabro. Ciertamente intrigado por el hecho de que llamaran azotacristos a un planta capaz de pinchar más al azotador que el azotado busqué la ayuda del gran sabio que aún me confundió más. La lista de plantas con las que pudo ser azotado Cristo es tal que pienso que aún hoy en día no le habrían azotado con todas. Aun así no sabríamos si fue con cardos borriqueros o con cabezas de pollo. El vocabulario al respecto es tan amplio y extenso que cualquier planta con espinas o pinchos debió servir como útil de tormento. Incluso los cactus o los higos chumbos.   
La imaginación popular nos da nombres como abriojos, abrojos, cardos marianos, cardo corredor, cardo borriquero, acantos, garbanzos de cura o mancaperros.
A pesar de todo aunque me llamen Vds canso yo sigo con la pregunta ¿Con qué carajo azotaron a Cristo?.