domingo, 18 de noviembre de 2012

Maturranga

Bueno... He entrado a las páginas de un diario y me sale un mensajito... Tiene un premio pendiente de recibir. Joé, pero si yo no he jugado a nada, si es que hasta los ciegos me ganan. Y ¿como se llama ésto? Pues se trata de una maturranga.  Sí una forma legal inclinada hacia la i(legal) de conseguir que hagamos lo que ellos quieren. En este caso que le facilites tus datos. Así luego ellos loos venden, transfieren o hacen lo que quieran con ellos. Y con tu permiso. Hombre, se trata de una trapisonda, una martingala. Hábiles estos gabachos habitantes de Martigues en el medievo que usaban calzas más anchas de lo normal para esconder debajo dagas y puñales.  Estos verdaderos artistas de la artimaña (artis manis) y del artificio (artis facere) si te descuidas te embaucarán y se harán ricos. Y no precisamente  trabajando con las manos.
Otra acepción define la maturranga como una prostituta, la cual embaucando al cliente se lo llevaba al huerto o mejor al cobertizo. El problema es que estas señoras ya no son las reinas del marrullo,  sus hijos de  han heredado y ampliado de forma absolutamente jetoriana el negocio y la picardía ha dado paso a la soflama, el embauque, a hacernos la zanguangua y con maulerías y roncerías  quedarse con todo lo nuestro. Que Dios los guarde muchos años, pero sobre todo que nos guarde a nosotros de ellos.
 Pero la versión riojana es mucho más fina, la definen como coitus interruptus, o marcha atrás, que ha ido yendo a menos desplazado por los globillos y por el uso de la pildorica por parte de la mujer. Solían decir por ahí "aprende bien la maturranga si no te quieres llenar de hijos".
En fin que la vida es ..... una maturranga.

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